lunes, 10 de mayo de 2010

MI AVENTURA DE SER DOCENTE

Soy de profesión Licenciada en Psicología como ya lo he comentado, estudie en la Universidad Autónoma de Aguascalientes cuya perspectiva en esta disciplina es Psicología del Desarrollo, así que estoy formada en la prevención, estimulación y corrección de los procesos del desarrollo del ser humano desde que nace hasta que muere. Estoy convencida que haber estudiado desde esta corriente y no la clínica, laboral o educativa, me permitió tener una visión más amplia del ser humano o más integral. Durante la carrera me fascino conocer a Jean Piaget, y es un personaje a estas alturas de la vida, al cual admiro, conozco y concuerdo con su trabajo; lo que me da un fundamento en cuanto a los procesos de aprendizaje, además de la práctica durante la carrera con los tres niveles de intervención particularmente con adolescentes. Está práctica se convirtió en una constante en mi vida, ya que encontré por demás agrado al trabajar con sujetos de esta edad, y esa experiencia me llevo a entrar a trabajar como psicóloga en la preparatoria Benito Juárez y a dar cursos de Orientación Vocacional en diferentes secundarias y preparatorias.

A la docencia llegue de lleno de manera fortuita, ya que una de las maestras (orientadora) renuncia y como administrativo el director me plantea el reto de continuar con el curso y de satisfacerle mi trabajo, continuaría como docente. Eso fue hace tres años y aún cuando no he recibido una retroalimentación de si mi trabajo fue satisfactorio a los ojos del director, me han dado cada vez más grupos y creo que lo interpreto y ese solo hecho me satisface por principio.
Al comenzar a planear mis primeras clases, realmente si había el nervio de quien recién comienza una empresa, sin embargo siempre me he sentido cómoda sirviendo a los demás, y mi primer mes no fue la excepción, realmente me sentí muy satisfecha de las diferentes formas o técnicas que lograba ejecutar y con ello que los alumnos comprendieran los temas. Encontré en ese momento una de las dos sensaciones que más me satisfacen y que tienen un mismo principio: cuando logra un paciente tuyo salir avante y cuando un alumno aprende algo nuevo y te lo refiere por tu papel como facilitador
Ser profesor es pues, un orgullo, un reto y un compromiso enorme hacia uno mismo, la sociedad y por supuesto con tus alumnos. Es un rol que implica no solo el dominio del tema que impartas, sino también una congruencia e integridad personal que permita ser un buen ejemplo (no perfecto, sino un ejemplo de ser perfectible y buscar siempre mejorar), pues no solo el profesor enseña en el contenido, si no en el ser mismo.
Creo que el sentirme de esta manera como describo dentro del aula, me llena de satisfacciones en sí y el que un alumno te diga: yo quiero ser como usted, no tiene forma de evaluarse, pero a la vez te hace consciente del enorme compromiso que adquieres con su ejercicio; y aunque en ocasiones por la cantidad de alumnos y de grupos me siento cansada y siento que no se logra el rendimiento planeado con todos los alumnos, la experiencia de ser docente no es para cualquiera y me alegra que me haya tocado a mí.
Saludos Tutor y Compañeros desde Aguascalientes

No hay comentarios:

Publicar un comentario